La Columna
-Hay más periodistas que mueren de hambre que muertos por balas…
Aarón Quiñones/ La Voz de Durango
El viernes pasado se celebró en todo el país el Día Mundial de la Libertad de Expresión, pretexto perfecto para que los comunicadores, periodistas, chismosos y conductores de televisión (que ninguno de ellos es lo mismo que el otro), se dieran golpes de pecho y se victimicen frente a la sociedad. No se ofendan compañeros, seamos claros, los que de verdad trabajamos en el gremio de la comunicación en todas sus fases, sí necesitamos una ley que proteja la libertad de prensa, ¡claro que sí!, pero necesitamos más y con mucha urgencia una que nos proteja social y humanísticamente.
Le apuesto algo que no conoce, hay más periodistas que mueren de hambre que muertos por balas…
Urge una reforma laboral para tan desatendido sector de la sociedad, a quienes trabajamos en esto nadie nos cuida. El gobierno, los gobiernos, éstos son nuestros “amigos” mientras las letras que pulsan nuestros dedos en el teclado o nuestra voz no los perjudique. El día que sí, se cambia a otro, total somos como la humedad que se cuela por cualquier resquicio y cada año las universidades de comunicación locales sacan una generación nueva como pan caliente para ser consumidos y luego desechados.
Mire a nuestro flamante presidente Andrés Manuel López Obrador, si lo criticamos somos segregados llamados “fifís”, si lo adulamos tenemos un lugar en primera fila, pero la objetividad ésa sí no la quiere en sus mañaneras. Yo pienso sinceramente que éste es un tema personal que el mismísimo rompecorazones del mandamás de este país tiene en contra de los comunicadores y periodistas, si no por qué eliminó todos los lugares de comunicación social y difusión de las dependencias federales, ¿por austeridad?, muy bien, lo entendemos, por austeridad elimine las secretarias “buenotas” a sus súper delegados, los 24 asistentes que tiene y los choferes, y le apuesto que con uno solo de esos sueldos le paga a un egresado de la José Vasconcelos que podría desempeñarse como, publirrelacionista, gerente de medios, redactor, fotógrafo, comunnity manager, diseñador, corrector, editor, camarógrafo, monitorista, analista, va por los refrescos, le apaga el fuego, le cura la cruda e inventa pretextos para justificar su ignorancia como funcionario y todo, todo por el mismo precio.
Ahora solo le voy a explicar la diferencia entre un periodista, cuyo aprendizaje es específico y didáctico, se caracterizan por la investigación, por los cuestionamientos y sobre todo en su manejo de las diferentes manifestaciones de la nota periodística, ¿a poco cree que una columna es lo mismo que un editorial y que una crónica es igualita que una narración?
El comunicador estudia los géneros del periodismo, sí, pero se especializa en todas las ciencias que involucran comunicar, como son la fotografía, el cine, las relaciones públicas, imagen, artes visuales, radio, diseño, artes gráficas, etcétera etcétera, un todólogo, vaya.
Un chismoso es aquel que tiene ese don de escuchar y replicar con mucha facilidad a través de un medio de comunicación algo que le dijeron. No investiga, no conoce de fuentes, no sabe qué es sustentar lo dicho, no sabe escribir una nota y se escuda con los presuntos y el “se escucha, se dice, es extraoficial”, de esos hay muchos, sobre todo en la sección de policía.
Y por último, el conductor de televisión es una especie diferente. Ahí puede haber personas de todas las profesiones, la verdad hay que tener esa facilidad para poder ponerse frente a una cámara y hablar sin trabarse y con una modulación de voz adecuada, además de mirar siempre al frente, y tener un vocabulario sumamente extendido y manejo del escenario, lo malo viene cuando les piden que hagan periodismo…
