“Rocketman” retrata la historia de Elton John

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>La película biográfica del afamado “Dios del rock” se estrena este fin de semana en todos los complejos cinematográficos.

Agencias

Rocketman, dirigida por Dexter Fletcher a partir del guion escrito por Lee Hall, narra una versión ligeramente actualizada y sustancialmente más cándida de la historia de Elton John, el hoy afamado “Dios del rock”, quien en la década de los setenta, se iniciaba en el estrellato en medio de una turbulenta vida en la que tuvo que enfrentar el hecho de ser homosexual que equivalía en aquél entonces a un secreto oficial, al igual que su adicción al alcohol, la cocaína y otras sustancias.

La película que se estrena este fin de semana en todos los complejos cinematográficos de Durango, es una narrativa autorizada de su vida el intérprete, ahora de 72 años, casado y sobrio desde hace muchos años, quien funge como productor ejecutivo y autor (junto con su letrista Bernie Taupin) de gran parte de la banda sonora.

Sin embargo, el objetivo de Rocketman no es el ensalzamiento propio. Al contrario, se pone al servicio de los fanáticos de una manera especial y característicamente generosa. Es cierto que Elton John ya no tiene nada que demostrar, pero también es posible que lo menosprecien. Ha sido parte de la música pop comercial durante tanto tiempo —¡más de cincuenta años!— que el alcance de su genialidad y la escala de sus logros están en riesgo de darse por sentados. Casi todas las canciones que se escuchan en esta película se grabaron originalmente en un periodo de alrededor de siete años, y representan apenas la punta de un iceberg musical que pocos pueden rivalizar.

Según la manera en que lo cuenta Rocketman, ese cariño contrasta drásticamente con la ausencia de amor en la infancia de Reg Dwight. (Matthew Illesley lo interpreta de niño y Kit Connor de adolescente; Taron Egerton es Elton de adulto). Su papá (Steven Mackintosh) le niega todo su amor y aprobación a su primogénito, a pesar de un interés compartido por la música. Su mamá (Bryce Dallas Howard) se muestra ambivalente y es cálida solo cuando quiere satisfacer sus propias necesidades. Después de que sus padres se separan, llega un padrastro inofensivo e inútil (Tom Bennett).

Por suerte, también cuenta con su abuela —la maravillosa Gemma Jones—, quien se da cuenta de los talentos del joven y se asegura de que los cultive, con lecciones en la Academia Real de Música. También tiene suerte de que Fletcher y Hall, en vez de crear una película biográfica estándar, inyectan esta con elementos figurados del espectáculo de estilo musical de rockola. Elton adulto canta a dueto con él mismo de joven. El joven Reg baila hasta llegar a la adultez con “Saturday Night´s All Right for Fighting” de fondo.

La trama principal de Rocketman se trata de un bucle terapéutico conocido. Comenzamos en un centro de rehabilitación, donde Elton llega ataviado con su vestuario escénico, un mono color naranja fosforescente adornado con alas de ángel y cuernos de demonio. (La mayoría de los atuendos que usa Egerton son réplicas del vestuario que Elton John usaba, una hazaña de diseño realizada por Julian Day que es ostentosa y humilde al mismo tiempo). Pasamos por sus primeros esfuerzos y la miseria de mitad de su carrera.

Parte de lo sucedido fue causado por John Reid (Richard Madden), un alto ejecutivo de la industria de la música, vestido de manera elegante, que se da cuenta del talento de Elton, aprecia su inseguridad sexual y encuentra la manera de aprovecharse de ambas cosas. Su actitud despiadada y los apetitos de Elton se combinan para llevar al cantante al borde de la autodestrucción, una condición que permite la redención que llega a continuación.

Con lo que solo puede llamarse sobriedad extravagante —y supongo que también extravagancia sobria—, Egerton en efecto interpreta los papeles tanto de Lady Gaga como el de Bradley Cooper en una versión fresca de Nace una estrella. Su Elton es el guerrero que ha vivido una vida difícil y el ingenuo preternaturalmente dotado, el héroe expiatorio y el sobreviviente osado, el dios del rock y el icono del camp. El actor presenta una actuación magistral en la que borra su persona, una muestra virtuosa del carisma prestado.

Fletcher a veces exagera, en cuanto al espectáculo y la narrativa —la coreografía puede ser tan confusa como la cronología— pero, cuando funciona, Rocketman tiene la energía seria y extravagante de una película de Baz Luhrmann. En este contexto, esa descripción es un cumplido, puesto que el jolgorio al estilo de Luhrmann es justo lo que esperaríamos de una película acerca de Elton John.

La otra cosa que esperamos es la música de Elton John, un deseo que Rocketman a veces satisface, aviva y frustra. Las canciones no son exactamente como las recuerdas y, en la mayoría de los casos, las nuevas versiones se usan para provocar un efecto dramático. Pero no parecen ser capaces de valerse por sí mismas y es poco probable que remplacen a las originales en las listas de reproducción de nadie. (Con información de The New York Times).