Por Azu Macias
De pie junto a la ventana, mientras observaba las pinceladas que se le ocurren de vez en cuando a la naturaleza en el lienzo azul, sobre mi muchas veces saturada y otras distraída cabeza, me quedé pensando cómo describirme a mí misma en unas cuantas líneas.
Creo que esa pregunta del ¿quién soy? ha sido objeto de estudio de disciplinas como la mía y de muchas otras personas que me encuentro en mis recientes charlas de meditación.
Se dice que la personalidad es aquello que forma parte de nosotros y mantiene cierta constancia a través del tiempo, incluye factores biológicos o hereditarios e influencia familiar y social, es algo que se construye desde la más temprana infancia para formar un núcleo estable y que puede irse modificando en la periferia de ese núcleo, permitiendo que sigamos siendo nosotros mismos con nuestra identidad, aunque se modifiquen ciertos gustos, actitudes, reacciones, afectos, conductas o formas de pensar. Pero aunque suena como algo básico, cuando nos preguntan quiénes somos hablamos de nuestro nombre, nuestra ocupación, nuestro rol social: hij@, espos@, herman@. Olvidamos hablar de nuestro “ser”.
Pues bien, intentaré presentarme ahora: soy una mujer soñadora e idealista, un ser complejo y maravilloso al que le gusta tener un pie volando en lo espiritual y otro sentado en la tierra material (o materialista) que me sirve para concretar cosas, una mujer que se cuestiona su rol y el de otras mujeres en estos tiempos, las complicaciones actuales de las parejas, de las familias en general, cómplice de las exigencias de la nueva era digital y que pasa gran parte de sus horas detrás de la pantalla de un dispositivo electrónico por aquello a lo que decidí dedicarme en esta parte de mi vida.Llevo años dedicada a estudiarme y a estudiar la naturaleza humana con la carrera de psicología y más tarde con una maestría en Terapia Familiar Sistémica, que si bien me han servido como base para comprender y poder apoyar a las personas en la resolución de sus dificultades, también me han permitido ver a la vida desde múltiples perspectivas que espero poder compartir en estas líneas.
Vivimos contándonos historias, relatándolas a los demás, pero también haciendo historia con otros, en las que entrelazamos las manos los cuerpos, los ojos, las palabras, las almas, y las ideas. Espero que a través de estas líneas puedan ver su reflejo en algunas de mis ideas con incongruencias, aciertos y desaciertos; éxitos y dramas; tragedias y luchas, con una cucharadita de soluciones que nos guíen de manera comprensiva en los acontecimientos de esto que llamamos vida y en el mejor de los casos podamos construir juntos una historia en la que se entrelacen nuestras ideas, una historia en la que yo juego a que escribo y ustedes, a que me leen.
Así que espero contar con su amable atención en este espacio en que vamos a coincidir cada sábado para compartir ideas.