MTF. Alfredo Arévalo
La humanidad ha ido transmitiendo valores a través de la cultura, la religión, las costumbres, etc., hoy nos interesan los relacionados con el papel y rol que deben asumir los diferentes sexos en la sociedad; se cree que la mujer se destinaba a la procreación, el cuidado de los hijos y del hogar, y del hombre se espera que sea capaz de garantizar la satisfacción de las necesidades de su familia y su subsistencia; entonces la mujer era relegada al ámbito doméstico y el hombre era el proveedor.
Si nos remontamos a los años 70’s, es donde surge un conflicto por la asignación social del género, y se muestra la primer teoría feminista realizada por Margaret Mead; para ver la importancia de este acontecimiento debemos recordar que hay 3 elementos en cuanto a género: Asignación de género: Se da en el nacimiento por los órganos genitales; Identidad de género: Que son aspectos biológicos y psicológicos que se establecen en los primeros años de vida; y el Rol de género: Normas establecidas socialmente para cada sexo.
El movimiento de los 70’s fue importante porque tiene influencia en los tres aspectos, el hombre y mujer buscaron ser iguales socialmente cambiando la Asignación y Rol de género pero como lo explicaba en el artículo pasado esto trajo algunas complicaciones. Actualmente existen problemas de comunicación en la pareja que origina un choque entre sus expectativas y su realidad con respecto a los roles de género.
En las parejas suele haber más problemas, pero este es de los principales, recordemos que hay mandatos inconscientes, y en ellos no estan claros los roles de género, aún tienen la idea de que el trabajo de la mujer está en el cuidado de la casa y los niños (aunque trabaje) y el del hombre como portador de dinero al hogar. Al principio se tiene la idea de que el trabajo esta hecho, solo hay que cumplir sus papeles y todo se llevará a cabo, pero no es así, esto es solo una expectativa y en la idea personal se sabe lo que el otro debe hacer, pero no se comunica.
Este desequilibrio viene desde el contexto familiar, pues es el encargado de reforzar la diferenciación genérica, dando actividades diferentes a niños y a niñas; a ellas se les destinan aquellas relacionadas con el hogar, limpieza, servir, atender a otros; mientras que a los niños se reservan actividades de competencia y fuerza que les permiten tener un mayor control sobre el medio externo, y todo esto constituye una forma muy importante para delimitar las normas de comportamiento dejando claras las expectativas sociales hacia cada sexo.
La familia, por tanto, es el principal eslabón del proceso de tipificación sexual dado que es formadora por excelencia y para encontrar el equilibrio en este proceso de tipificación debemos observar qué valores se transmiten a las nuevas generaciones, debemos de hacer un análisis sobre lo que se esta transmitiendo a los hijos, ¿Las niñas en realidad respetan a sus padres varones?, ¿Se comportan como niñas o tienen muy desarrollada su feminidad?, ¿Los niños encuentran en sus padres el camino a la masculinidad?, ¿Tienen las bases necesarias para valorarse como hombre en su vida adulta?; hay muchas cosas que han cambiado y desequilibran a las familias, pero en ellas esta el tomar sentido y retomar ese equilibrio respetando los anhelos de cada uno, sean hombre o mujer.
Sobreviviremos al próximo lunes si nos unimos a la paranoia colectiva, ahí estaremos a salvo… pero hay que cuestionarlo todo para cultivar tu propio criterio….
