Leyenda de la Serpiente Cabeza de Gato

0
114
Actualmente existe un mural con la Leyenda de la Serpiente Cabeza de Gato que está en exhibición en el Museo de Culturas Populares de Durango.

>El poblado de Medina ubicado en el municipio de Canatlán, Durango, esconde una historia llena de espiritualidad y magia, que origina el conjunto de costumbres y tradiciones de un pueblo.

Por Alfonso Villarreal Venegas
Transcripción por Juan José Nava / La Voz de Durango

Hace miles y miles de años, estas tierras fueron habitadas por seres mágicos, seres energéticos y llenos de luz. Después de la creación del universo y mucho antes que el hombre existiera, el cosmos dio vida a seres formados de luz, amor y bondad, los cuales se dedicaban a producir y proteger la naturaleza, seres que danzaban y danzaban sin límite de tiempo, logrando con sus danzas, destellos de luz y amor, logrando con estos destellos, un mundo lleno de maravillas y hermosos paisajes de ensueño, llamándolo entonces capital de la tierra, sucursal del universo.

A la creación del hombre nació también con él, la maldad y avaricia, motivo por el cual todo ese mundo maravilloso, fue oculto bajo tierra, siendo la única manera de ponerlo a salvo de la destrucción que por naturaleza el ser humano posee, dejando en la superficie solo los regalos de Dios: dos manantiales, uno ubicado al norte en el impresionante puerto grande; el otro, ubicado al sur en la bella colina.

Dos manantiales en las alturas, ayudando así a que la naturaleza no pereciera pero estos manantiales necesitaban de un guardián fue así que los seres mágicos crearon una criatura enigmática, una criatura con cuerpo de serpiente y cabeza de gato, la cual posee la habilidad de sondear las emociones del ser humano, despertar el temor de quienes la vean y al mismo tiempo, el respeto y admiración, provocando con esto, la necesidad de rendirle culto y tributo, logrando así con la elevación de sus espíritus, alimentar su energía y fortaleza, poniendo como decreto que quienes la vean y no rindan tributo o intenten cazarla serán olvidados con toda su descendencia ocultando todo indicio de su existencia.

Una peregrina mañana, al pasar el indio nómada por estos lugares, el Mara´akame, el guía espiritual de la tribu, se acercó al manantial del norte y feliz por haber encontrado tan abundante agua, inclinó su cuerpo para dar gracias mientras daba gracias al Dios mayor “Kami” que en náhuatl significa “el que lo hizo todo”, se percató que una serpiente con cabeza de gato salía del manantial, se llenó de temor, admiración y respeto, decidió seguir su rastro mientras ella se dirigía hacia el manantial del sur. Al observar cómo se ocultaba en él, escuchó una voz demandante y dulce a la vez que le decía: “hijo del amor, de la bondad, de la luz, escuche la voz de quien ha guardado por miles de años estos manantiales de bálsamo vital, elevando tu espíritu lleno de fuerza, motivo por el cual te digo, sírvete y disfruta de estos grandes regalos que Dios brinda a los moradores de estas tierras, cuídalos y protégelos, no permitas que nadie los destruya y daré grandeza a tu descendencia. Escucha mi voz, por la nobleza de tu corazón, tu espíritu dará nombre al lugar que habites; desde hoy, tu nombre será “Espíritu de tigre””.

Inclinó nuevamente su cuerpo, alabó y dio gracias a Nayuncame, fue así que en ese momento nombró a los abundantes manantiales Ameyayoliztli, que en náhuatl significa manantial de vida, y a todo el territorio llamó Coacoamixtli, que en náhuatl significa, serpiente cabeza de gato, fue así que siendo una tribu nómada, el Mara´akame estableció su tribu allí habitando las cuevas existentes llamando a una de ellas cueva del tigre y del mismo modo llamaron al arroyo que corre desde estas cuevas, levantando también algunas chozas para cubrir sus necesidades logrando inculcar en toda su tribu el culto a Coacoamixtli, el cual por medio de la danza, rendía tributo en diferentes fechas y por diferentes motivos.

El Mara´akame, hombre elegido por los dioses, salía en las madrugadas a los planicies de las rocas en donde tenía contacto con los espíritus de Moctezuma, Cuauhtémoc y por supuesto Quetzalcóatl, los cuales se orientaban cómo dirigir a su tribu cerca de las cuevas existe una gran roca donde Mara´akame solía hacer holocaustos sacrificando algunos animales como ofrenda al Dios Nayuncame, preferentemente jabalíes.

Posesionados ya de este territorio y a la llegada del hombre blanco, el conquistador de tierras, recibieron en su tribu al gran gogojito, líder tepehuano levantado en armas luchando para proteger su pueblo, diciendo que los dioses lo enviaron para proteger su vida y que ahí permanecería por un tiempo, esto originó que a pesar de ser un lugar inadvertido, pequeños grupos indígenas llegaran a refugiarse de la crueldad del hombre blanco, con esto se ocasionó la incertidumbre y el desabasto, después de la muerte del gran Mara´akame, fundador de este asentamiento, la tribu preocupada por salvar sus vidas y dedicados a buscar estrategias para luchar en contra del conquistador de tierras, fue olvidando el culto a Coacoamixtli y las consecuencias que pagarían por esto.

Después de tanta lucha y tanto enfrentamiento, el hombre blanco terminó por conquistar todo el territorio y la misión de La Sauceda construye a un costado del manantial del sur un nuevo palacio el cual fue encomendado a Gregorio Medina llamándolo la Hacienda de Medina y aunque los enfrentamientos entre los elegidos por Coacoamixtli y los nuevos habitantes continuaban, la tribu fue extinguida casi en su totalidad, llegó el destierro y el olvido de toda su descendencia, todos los indicios de su existencia fueron ocultos bajo Tierra como lo habían decretado los seres mágicos si alguien no rendía culto a Coacoamixtli, la mítica serpiente cabeza de gato.

El reinado en la Hacienda de Medina fue por muchos años en donde organizaban grandes tertulias de sociedad y bellas veladas inolvidables al ritmo del chotis y la polka europea, sin descartar a la gente humilde que servían como peones o criados, los cuales también organizaban sus veladas en donde la polka y el chotis lucían con toque campirano y de pueblo. Cuentan los habitantes del lugar que un descendiente directo de Don Gregorio medina miró a la Serpiente Cabeza de Gato e intentó cazarla; al no lograrlo, se cumplió el castigo del destierro y el olvido a toda su descendencia decretado por los seres mágicos, desatándose a su vez, la guerra cristera y desapareciendo todo indicio de tan apreciada finca, dejando sólo como evidencia, el contenedor de agua llamado La Pilita y el distribuidor de uso público llamado la Atarjea, permaneciendo vigentes sólo por ser quienes conservan el tan apreciado líquido del manantial de vida.

Nuevas razas habitan estas tierras místicas, seres con mezcla de diferentes razas llamados mestizos ahora gozan del bálsamo de vida que Dios regaló a la naturaleza; a la fecha, los seres mágicos y energéticos siguen ahí guardando la naturaleza y a la vez Coacoamixtli sigue en su tarea de salvaguardar los manantiales de vida. Hay quienes le han visto pasear de un manantial a otro, pero ahora, por causa de tanta maldad y destrucción a la naturaleza, han racionado el tan apreciado líquido ofreciendo solo lo indispensable para la sobrevivencia del nuevo ser que habita esas tierras, poniendo un nuevo decreto: el día que cuide y respete los manantiales, habrá nuevamente agua en abundancia como en los primeros días y Dios dará grandeza a toda la descendencia de aquél.

LIGA DE INTERÉS